No culpes al plástico
Reciclable. Para realizar un buen uso del plástico es esencial tener una actitud responsable, reciclándolo y reutilizándolo.
Económico. Los materiales plásticos requieren poco consumo de energía para su fabricación. Además, al ser un material ligero el consumo de carburante durante su transporte es muy reducido.
Salva vidas. Gracias a sus aplicaciones en sanidad (jeringuillas, guantes, mascarillas), automoción (airbags, cinturones de seguridad etc.) equipamientos en los cuerpos de seguridad (cascos, chalecos antibalas) se reducen considerablemente las muertes.
Resistente e impermeable. Los envases plásticos son muy resistentes e impermeables, lo que evita derrames o daños en los productos alimenticios.
Protege. Nos permite consumir los alimentos con mayor seguridad, comodidad y en mejores condiciones. Los alimentos perduran más tiempo y se conservan mejor, lo que reduce el desperdicio en comida.
Seguro. Los plásticos cumplen con las legislaciones y normativas más exigentes a nivel tanto nacional como internacional. Es el material que se somete a más controles de seguridad en todo el mundo.
Versátil. Es fácilmente moldeable, lo que facilita la obtención de productos complejos sin demasiado gasto energético.
Ahorra. Permite economizar agua, energía y emisiones C02. Con este material se pueden implementar sistemas de micro-riego que favorecen el ahorro de agua en el sector agrícola. Además, gracias al plástico, los coches emiten menos Co2, beneficiando también a la industria del transporte.
No agota las reservas de Petróleo. Sólo del 4% al 6% del consumo europeo de petróleo y gas se destina a la fabricación de plásticos.
No corrosivo. Es un material muy resistente a los ataques de distintos agentes químicos por lo que puede ser un buen contenedor para ácidos y agentes corrosivos.